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Facebook-f Instagram Tiktok X-twitter SpotifyMás de 100 años creando comunidad
“Las comunidades originarias mexicanas, se han creado de manera natural y se reivindican constantemente»
Con esta frase que ha surgido de discusiones entre mezcales con diferentes camaradas que hoy extraño, comienzo el siguiente texto, el cual tiene como única pretensión, expresar mi pensamiento y compartir la organización músico-comunitaria de Santiago Zoochila, el pueblo en el cual viví los 13 años más felices de mi infancia.
Haber crecido en una comunidad zapoteca que se ubica a 107 km de la Ciudad Oaxaca, me hizo tener un contacto natural con diversas prácticas culturales que allí se desarrollan. La continua repetición de estas conductas no generó ningún cuestionamiento al sentido y el valor que esto tenía. Pero el abrupto contraste que tuve al llegar a la Ciudad de México y más tarde emigrar al extranjero viviendo otros sistemas, generó un proceso de desnaturalización que a su vez, hizo surgir la necesidad de conocer el origen, el valor y el significado que dichas prácticas conllevan.
Desde temprana edad mis padres me motivaban a contribuir para la comunidad. Por ello que me integré a la Banda de Música Infantil Municipal, que en el año 2004 formaba el oriundo de Zoochila y recién vuelto de realizar sus estudios musicales en la Ciudad de México, maestro Pedro Illescas. Tras seis meses de clases diarias de solfeo y otros tantos de instrumentación, un año más tarde integrábamos parte de la nueva banda de música más de 40 niños y jóvenes, en edades entre 7 y 20 años. Con nuestro poco repertorio comenzamos a realizar diferentes presentaciones en la población. Al pasar de los años, de manera circunstancial la música nos llevó a colaborar con una serie de normas establecidas y prácticas que ahí se siguen reproduciendo.
En México, se conoce como sistema de Usos y Costumbres a la forma de autogobierno practicada por muchos pueblos originarios, esto se sustenta en el Artículo Segundo de la Constitución Política Mexicana y, en Oaxaca; el estado de la República Mexicana con más alto índice de población indígena, las comunidades originarias estructuran funciones propias para los habitantes que en cada una de ellas residen. Formas de ordenamiento que algunos antropólogos en la Sierra Norte denominan con el concepto de “Comunalidad” desde finales del siglo XX.
Santiago Zoochila; una población de aproximadamente 500 habitantes. Los primeros tres días de enero de cada año la Asamblea Comunal, que está conforma por: ciudadanos cabezas de familia, consejo de ancianos, madres solteras y jóvenes mayores de 18 años. Expone los puntos importantes a la gestión de cada nuevo año por trabajar, entre los cuales, está el orden y las actividades que llevará la Banda de Música Municipal. La banda y los músicos que la integran, tienen en ellos una serie de responsabilidades y garantías, las cuales ha sido delegadas con base en acuerdos comunitarios desde hace casi 100 años. Acuerdos donde se les compromete a participar en actividades de índole: social, cívica y religiosa. Lo cual, no genera ningún tipo de retribución económica, sino que son vistos por los ciudadanos como actos de reciprocidad que dan sentido a la comunidad. Por tanto, estas responsabilidades generan garantías que permiten premiar o valorar su trabajo. Suprimiéndolos de compromisos que otro ciudadano (que no sea músico) debe ejercer, por ejemplo: trabajar un año como policía, como regidor, ejercer un secretario o un presidente municipal. Múltiples actividades que mantienen orden del pueblo y por las cuales tampoco se es remunerado.
Las usos y costumbres a través de la música, generan varias de las respuestas a la forma de vida de pueblos indígenas de Oaxaca. En estas comunidades, la música, los ritos y la fiesta cuenta con un vínculo bastante arraigado. La fiesta es vista por una comunidad como máxima representación y momento de reafirmación de su identidad. Esto sumado al accidentado relieve de la Sierra Norte, creando conductas entre sus ciudadanos, lo cual los ha ligado fuertemente a reproducir prácticas colectivas. El alto índice de practicantes de la religión católica, también ha sido un factor importante en estos comportamientos, donde existe un vínculo muy íntimo entre la música y el calendario litúrgico.
Hasta el día de hoy no existen registros históricos que den fecha exacta a la creación de la Banda de Música Municipal en Santiago Zoochila. Sin embargo, partituras de los primeros años del siglo XX, justifican su fundación desde comienzos de esta época.
Algunos datos importantes
En el año de 1921 se firmaron los primeros Estatutos Comunales por el municipio y los entonces representantes de la Banda, donde se otorgaban las primeras responsabilidades y garantías a los músicos. A partir de 1962, tras nueve años de conflictos armados con otras poblaciones aledañas, la Banda Municipal comienza a participar en fiestas religiosas de diferentes comunidades de la Sierra Norte; a cambio de la obtención de bienes materiales que apoyaron a la reconstrucción de la población. En el año 1983 logran su primera salida a la Ciudad de México, apoyados por la asociación de migrantes zoochileños establecidos en esta capital, la banda con esto comenzaba a tener un gran respeto por todos los zoochileños. A partir de 1985 momento donde la economía local comienza a ser sustentable, se otorgan apoyos significativos a la banda por parte del municipio y sus asociaciones que ya habían sido fundadas por migrantes en sedes: Ciudad de Oaxaca, Ciudad de México y Los Ángeles California en Estados Unidos, para la compra de instrumentos profesionales. Ese año también se lleva acabo la contratación del maestro de música Gilberto Baltazar Aguilar, con lo cual se crea la banda Nueva Generación en 1987, nombre actual de la Banda Municipal, quienes comienzan a tener presentaciones dentro y fuera de Oaxaca.
La banda de música de Santiago Zoochila, es una de las agrupaciones más reconocidas por los pueblos de la Sierra Norte de Oaxaca hoy en día. La organización de la agrupación y de la comunidad, ha permitido la permanencia de los músicos durante largos periodos y por consiguiente; un ensamble sólido, con repertorio de compositores zoochileños.
Las comunidades originarias del territorio mexicano nos reubican, nos motivan y nos pueden ayudar a reafirmar nuestra cultura como una única nación dentro de tantos Méxicos. En esta época moderna de la globalización, el arte nos muestra ejemplo de unión, disciplina, constancia y respeto. Con música reafirmamos nuestra identidad y podemos aportar a construir un mejor país y una mejor sociedad.
Santiago Zoochila ejemplo de comunidad. Más de cien años y seguramente muchos más.
Fco. Javier VARGAS LUNA
Estrasburgo, Septiembre 2019
