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Las Bandas de Música en el Estado de Oaxaca

“Las bandas de música del siglo XXI tienen ante sí un futuro fértil, diversificado y lleno de potencialidades. Creo que en la cultura musical de nuestro tiempo las bandas han de ocupar su lugar específico y definitorio, han de saber acercarse a la sociedad actual con propuestas artísticas que sepan educar además de entretener. Es necesario diferenciar la función de las bandas de música amateur, la de las bandas de música de centros educativos y la de las bandas profesionales.”

José Rafael Vilaplana Pascual.

Como comenta José Rafael Pascual Vilaplana, uno de los directores de banda más reconocidos hoy en día en su primer entrevista del 2018 al portal www.nuestrasbandasdemusica.com. el siglo XXI es un momento ideal para diferenciar la función bandas de música en el mundo.

Las bandas de viento, han ganado un papel importante en la formación no solo de músicos principiantes o amateurs, sino también para los músicos profesionales. Quienes hoy encuentran en alguna de estas agrupaciones profesionales, un mismo potencial artístico que ofrece una orquesta sinfónica, dejando por un lado el antiguo paradigma social donde se han ensillado a las bandas de viento como agrupaciones limitadas solo a los ámbitos militares o populares.

El Estado de Oaxaca, una entidad ubicada a 450 km al sur de la República Mexicana, posee una tradición arraigada hacia los ensambles de aliento y percusión desde principios del siglo XIX. Basta con visitar alguna comunidad originaria para darse cuenta del bagaje e historia que cada conjunto guarda. Oaxaca cuenta con 8 regiones y 571 municipios, y aunque no es fácil saber hoy en día la cantidad de bandas de viento que cohabitan, existe un dicho que popular que bien lo describe” Un pueblo sin banda de música, es un pueblo sin alma”.

Un ejemplo claro de ello es el municipio de Santa María Tlahuitoltepec, ubicado en la Sierra Mixe donde en esta cabecera municipal cohabitan 35 agencias o comunidades más pequeñas y en cada una de ellas encontramos una agrupación de viento tradicional.

De las ocho regiones en que se divide Oaxaca, la Sierra Norte es donde mayor influencia de la música de viento encontramos. En esta región las Bandas Municipales trabajan en un espacio que denominan “la escoleta”, lugar donde crean y producen su repertorio basado música escrita por los compositores de sus localidades. Los géneros más utilizados en estos pueblos son : sones, sones y jarabes, fandangos, chilenas, zapateados, marchas, valses, boleros, peteneras, mazurcas y swings o pasos dobles. Repertorio que exponen en las diferentes fiestas municipales, donde pueden pasar tres o cuatro sin repetir una misma obra musical, ejecutando la mayor parte de repertorio a la memoria.

Paralelo a esto, también existen dos escuelas que por más de cuatro décadas han presentado la música tradicional del Estado a nivel nacional e internacional. Instituciones que han sido semilleros de instructores o maestros de música, quienes al finalizar sus estudios trabajan en diferentes localidades de la entidad. El Taller de Música del Centro de Integración Social Nº 8 ubicado en San Bartolomé Zoogocho y al Centro de Capacitación Musical y Desarrollo de la Cultura Mixe CECAM ubicado en Santa María Tlahuitoltepec.

Las bandas de viento en Oaxaca forman parte de la identidad y unión entres los pueblos indígenas oaxaqueños, han sido la escuela formadora de generaciones de músicos instrumentistas que hoy se desenvuelven en diferentes grupos musicales profesional del país.

Es necesario saber que el presupuesto cultural del Estado de Oaxaca no es suficiente para apoyar a sus bandas tradicionales, pero los encargados culturales estatales no se han aterrizado y enfocado en lo más importante: impulsarlas creando encuentros o festivales con directores especialistas en estos organismos musicales, que instruyan a los directores de los pueblos . También no se han consolidado apoyos estatales o reconocimientos para los compositores de banda, o cursos que puedan ofrecerles herramientas, para que con su código tradicional y creatividad, experimenten en nuevas propuestas, premiando su música y proyectándola en medios de estatales.

Es imperativo ofrecerle a Oaxaca más música de calidad y ya no los concurridos Megaconciertos en cantidad, con más de 1,000 músicos en escena ejecutando a tiempos diferentes su música tradicional. Como los organizados por la Comisión Nacional Indigenista CDI, quienes este 2018 llegarán a su décima edición.

De la misma manera, habría que pensar en lo que se ha limitado a la Banda de Música del Estado, una de las agrupaciones de viento más reconocidas del país, con 150 años de trayectoria y máximo referente de las bandas tradicionales. Reduciéndola a sólo presentarse «Bajo el laurel». Es necesario llevarla a una sede apropiada, con programas y conciertos estructurados, con mayor difusión apostando a su repertorio para privilegiar obras escritas para ensambles de aliento. Hoy en día el mundo de las bandas de música se reivindica y Oaxaca no debería ser excepción.

Fco. Javier VARGAS LUNA
Mónaco Monte-Carlo
01 de enero de 2018

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