PARA LA MEMORIA DE UN DÍA DE FIESTA

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Para la memoria de un día de fiesta

Bajo la cadencia de un son a seis octavos, a lo lejos se escucha una banda de música quien nos aviva desde muy temprano en la comunidad, pues hoy es el día de la fiesta en honor a Santiago en mi comunidad, Santiago Zoochila. 

A la distancia te puedes notar que aquella agrupación musical -por cierto de mis favoritas de la Sierra Norte de Oaxaca – está conformada por una cantidad considerable de elementos, bien divididos en sus secciones instrumentales e interpretando, – como es común en Oaxaca- a la memoria. Se escuchan seguros y sólidos, tal vez se preparando con mucho esfuerzo para llegar con ese sonido de banda.

Llevamos mas de tres días embriagándonos de Mezcal, de Sones, Jarabes y Fandangos. Nos hemos preparado más de un año para llegar a este instante. Por momentos puedes escuchar a las tres bandas de música invitadas a participar en nuestra festividad, ejecutando al mismo tiempo desde diferentes puntos. La música forma parte del ecosistema de los pueblos mexicanos, de esta tierra de variada gastronomía y vestimentas típicas, de colores y fiesta, donde los instrumentos de aliento y percusión son parte ya de nuestra cultura. 

Las bandas de música son eje cultural y devenir para los ciudadanos de las comunidades. En este ambiente comunitario, aprendes el solfeo como aprendes a leer un texto en la escuela primaria, descifrando desde pequeño un lenguaje libre. Ser músico de banda te marca para siempre y te ayuda en tu crecimiento personal e intelectual. Recuerdo mi primera clase conJosé R. Vilaplana en un curso de dirección de banda en Alzira, Valencia; durante un descanso leí uno de sus artículos, de donde cito lo siguiente: “Las bandas de música de nuestros pueblos han sabido utilizar como nadie el poder activo en la educación integral, de quienes hemos bebido de sus aguas, bien como músicos, bien como directivos, bien como seguidores oyentes, una banda de música pasa por ser un manantial de recursos humanos en donde se entremezclan la educación, la sociabilidad y el arte.”

Oaxaca y sus músicas necesita de las bandas de viento para el devenir de nuestra sociedad. En este Siglo XXI estamos en el momento indicado para reafirmar nuestra identidad, conocer nuestra diversidad y recrearnos través del arte. 2019 suena a esperanza para muchos mexicanos, con humildad, consientes y convencidos de lo que seremos capaces de aportar a nuestra historia. 

Fco. Javier VARGAS LUNA.
Santiago Zoochila, Oaxaca, México 
25 de julio de 2018